lunes, 16 de febrero de 2009

Amor al Primer Snif

Lean un Árticulo de que saqué de AQUÍ

Amor al Primer Snif.

La cosa iba muy bien hasta que ella dijo: Porfaaa, ¿me pasas la pastilla que dejé en el baño? Era pequeñita como un bichito de la suerte (chinita) albino. ¿Para qué es?, pregunté, intuyendo la respuesta. Sus lindos ojos, acostumbrados a mirar paisajes más exóticos que mi curiosidad, brillaron: anticonceptivas, las tomo siempre. Es mejor asegurarse, ¿no? Cierto. Usar dos anticonceptivos es siempre mejor que usar sólo uno. Hmmm, sin embargo, era otra cosa lo que seguía girando en mi mente: HLA. Fue entonces cuando hice las preguntas realmente importantes: ¿La estás tomando hace meses? Sí. ¿Te gusta mi olor? Sí. ¿Mucho? Sí. ¡Auch!, dijo la expresión muda de mi cara.HLA. Ocurrió en 1995; el biólogo suizo Claus Wedekind descubrió algo singular: puestas a elegir entre decenas de t-shirts (poleras o remeras) usadas por hombres durante tres días seguidos, las mujeres encontraban mucho más agradable el aroma de aquellos que tenían el olor más lejano al propio (o, si de hombres se trataba, al de su padre). Wedekind estableció, a continuación, que aquellas naricitas detectaban una molécula llamada HLA (Human Leukocyte Antigen), la cual integra la parte del sistema inmunitario que ayuda a distinguir a los buenos de los malos: las proteínas propias de las invasoras que traen virus y bacterias.Yendo al grano: las mujeres perciben el HLA de sus parejas potenciales y les agradan las que son totalmente diferentes a las propias. ¿La razón? Los hijos de la pareja heredarán un sistema inmunitario más rico y potente. Trabajos posteriores, polémicos, mostraron que las parejas con HLA parecidos suelen tener menos o no tener hijos y coquetear insistentemente por fuera de la pareja. Pero falta lo peor. Una nueva serie de experimentos indicó que a las mujeres que toman anticonceptivos les gustan los HLA similares al suyo (suena lógico: es como si el cuerpo femenino, sabiendo que no hay riesgo de embarazo, dijera ¡olvidemos el HLA, let's party!) hasta que dejan de tomarlos para.buscar un hijo y descubren que el Príncipe-HLA era en realidad un Sapo-HLA.El asunto es lo suficientemente serio para que alguien considere que puede hacer dinero con él. Se trata de la suiza GenePartner (http://www.genepartner.com/). Recién creada, comenzó a ofrecer estos días -mediante una oferta de lanzamiento de US$ 199-, de aquí a diciembre próximo, comparar los ADN de novios, amantes, matrimonios. Y decirles si sus HLA son compatibles. ¿Por qué no confiar sólo en el olfato? Bueno, no todos lo tienen tan fino. Y, además, ellos ofrecen una evaluación más sutil que un simple Sí/No nasal.Pero, dispuestos a gastar, tal vez convenga agregar US$ 200 más y obtener un perfil (individual en este caso) mucho más completo. 23andMe (ttp://spittoon.23andme.com/), una de las compañías que realizan perfiles genéticos desde el año pasado, anunció que rebajaba sus precios (de US$ 1.000 a US$ 399). Dinero por el cual entrega un mapeo de 85 genes o grupos de genes asociados a temas de salud u origen étnico/familiar.Para muchos todo esto es una exageración. Si el HLA fuera lo central, ¿por qué las mayorías de las parejas se mantienen dentro de los mismos grupos étnicos, sociales o de ingreso? Supongo que Freud podría responder con una gran sonrisa a ello; pero, en todo caso, ahora es claro que también existe el amor a primera olfateada (sin pastillas anticonceptivas, por supuesto).

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